27 ago 2012

¿Eres real?

No puedes ser real. No eres real. Y, sin embargo, te siento con tanta fuerza que cada poro de mi piel anhela tu contacto. Cada vez que mis ojos se clavan en otros busco tu mirada. Cada vez que mis labios se mueven susurran tu nombre, ese nombre que nadie tiene, en silencio. Sabiendo que no existes. Sabiendo que no estás.

Eres un sueño. Eres un deseo, una ilusión. Eres irreal. Pero aún así soy capaz de verte abrazado a mí. De oler tu aroma a aire. De saborear esos labios que nunca supieron a nada. De sentir ese corazón inexistente latiendo junto al mío.

Supongo que debería dejar de soñar contigo. No existes. No puedes existir. Y, sin embargo, siempre te encuentro; en mis pensamientos, en mis deseos, en mis sueños. Siempre tú.

La imaginación me juega malas pasadas. Pienso que estáis ahí, en alguna parte. Cerca, lejos, da igual; da igual porque estamos destinados a encontrarnos, porque sé que somos las dos caras de la misma moneda. Porque mi cabeza está hecha para apoyarse en el hueco entre tu clavícula y tu hombro, donde encaja perfectamente. Y tus manos fueron esculpidas para explorar mi piel y acariciar mis sentidos. Porque nuestros labios son los cuatro pétalos rosados de una misma flor. Y porque nuestros corazones llevan el ritmo de nuestra melodía sincronizados a la perfección.

No hay nada que nos pueda separar. Pero, curiosamente, no hemos llegado a unirnos.

Porque aún no te he encontrado. Pero sé que estás ahí fuera, en alguna parte. Sé que, por muy efímero e incorpóreo que parezcas, lograré dar contigo, y cuando lo haga, tus caricias hasta ahora etéreas se convertirán en algo solido; tus labios dejarán de ser suaves corrientes de aire para convertirse en plumas que acariciarán los míos. Y tu corazón. Oh, tu corazón. Tu corazón latirá junto al mío, bombeando la sangre a través de tus venas. De una forma real.

Porque eres real. Lo eres. Tienes que serlo.

1 comentario:

  1. Bello relato que se lleva una nota alta.
    Lo que me gusta es principalmente que si al empezar a leer te hueles el delirio de amor de una chica que sueña corazones dulces que, al igual que ella, no existen; al avanzar te percatas de que es el sueño de una persona de carne y hueso. Le das valor a la probabilidad y deja de tratarse del vano deseo de una poesía femenina en tu cabeza para convertirse en la firme fe de una chica tangible de que su amor verdadero se encuentra ahí.

    Y eso me encanta, porque demuestra que los románticos no creemos necesario que te vayas a enamorar de un flechazo instántaneo al encontrar un día a tu media naranja; si no que nada tiene porqué ser empalagoso, y lo único en lo que confiamos es que esa media naranja existe.

    En cuanto al obvio lirismo, ha habido frases que me han encandilado y destaco especialmente ese fuerte "Cada vez que mis labios se mueven susurran tu nombre, ese nombre que nadie tiene, en silencio" que hay que darle vueltas para entender porque llega de repente.
    Al igual que el mecánicamente hermoso "Porque mi cabeza está hecha para apoyarse en el hueco entre tu clavícula y tu hombro, donde encaja perfectamente", o el original "Porque nuestros labios son los cuatro pétalos rosados de una misma flor".

    Sin embargo creo que en otras cucharadas de poesía olvidas esa simpleza que todo embellece y retuerces demasiado: "Y porque nuestros corazones llevan el ritmo de nuestra melodía sincronizados a la perfección.", "tus labios dejarán de ser suaves corrientes de aire para convertirse en plumas que acariciarán los míos."

    Abandona la complicación gramatical y vuelve a la poética sencillez, porque ganas mucho con esta última.

    Este es mi veredicto para tan bello relato, que aunque pueda imaginarse repetitivo al empezarlo luego se revela mucho más sincero al continuar leyendo y descubrir que no son fantasmas los añorados por una delirante inexistente; si no amor verdadero el defendido por una escritora de carne y hueso. Y muy bellamente poetizado a pesar de alguna errata.

    Besos,
    Sawako :3

    ResponderEliminar